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Written by Keuris Tejada on . Posted in Nacionales.

Zapatero: un oficio en escasez que trasciende la historia dominicana

La zapatería es uno de los oficios más antiguos. Según algunos historiadores se remonta al 3,500 antes de Cristo, algunos afirman que en todo lugar del mundo existe alguien que realice este tipo de trabajo, sin embargo en los últimos años en este país el remendador de calzados escasea.

En la República Dominicana, en las décadas de los 70 y 80, el histórico oficio del zapatero remendón era tan común que resultaba normal que pasaran por las calles de los barrios los reparadores de calzados que anunciaban “arreglo zapatos, arreglo zapatos”.

Con los años, este trabajo se ha tornado menos frecuente e incluso los pequeños puestos que se convirtieron en puntos de referencia por su antigüedad en los barrios capitalinos también son pocos.

¿Por qué escasean los zapateros?

Algunos zapateros aseguran que esto es debido a que esta ocupación normalmente pasaba de generación en generación y con el transcurrir de los años esta cadena se ha roto.

Otros afirman que con el aumento de las zonas francas y el desarrollo de las importaciones cada vez son menos comunes los buenos zapateros.

No obstante, tras un recorrido por el Gran Santo Domingo, elCaribe constató que no todo está perdido, porque aún quedan unos pocos que continúan dedicando su vida al arte de reparar zapatos.

No todo está perdido

Tal es el caso de Rafael Jiménez, mejor conocido en la urbanización Fernández como “Ñañañá”, quien por casi 50 años se ha dedicado a la zapatería

Rafael tiene dos hijas y un hijo que hoy en día son profesionales de la medicina gracias a este oficio.
La Zapatería Ñañañá es un pequeño quiosco que por más de 43 años ha sido referencia en la calle Heriberto Núñez en la Urbanización Fernández, en este punto de servicios personas de diferentes partes del Distrito llevan a reparar sus calzados.

“Ya no aparecen buenos zapateros porque la juventud no quiere aplicar y aprender esta profesión”, afirmó Jiménez.

Este reparador de calzados y amante de la política declaró a elCaribe que como zapatero sabe ganarse 30 mil pesos al mes. Añade que a su zapatería vienen personas de todas partes, debido a que utiliza las Apps de mensajería como Uber, para que sus clientes le envíen los zapatos dañados y él los devuelva reparados.

Al hablar de los precios de las reparaciones que realiza expuso que el trabajo más costoso que efectúa es la montura del zapato, por la cual sabe cobrar hasta RD$2,000 pesos, así mismo dijo que entre sus precios el más barato es el pegar el calzado con cemento, por el cual sabe cobrar solo 100 pesos o el poner una tapita a un calzado de dama que cuenta alrededor de RD$150.

La zapatería es uno de los oficios más antiguos. Según algunos historiadores se remonta al 3,500 antes de Cristo, algunos afirman que en todo lugar del mundo existe alguien que realice este tipo de trabajo, sin embargo en los últimos años en este país el remendador de calzados escasea.

En la República Dominicana, en las décadas de los 70 y 80, el histórico oficio del zapatero remendón era tan común que resultaba normal que pasaran por las calles de los barrios los reparadores de calzados que anunciaban “arreglo zapatos, arreglo zapatos”.

Con los años, este trabajo se ha tornado menos frecuente e incluso los pequeños puestos que se convirtieron en puntos de referencia por su antigüedad en los barrios capitalinos también son pocos.

¿Por qué escasean los zapateros?

Algunos zapateros aseguran que esto es debido a que esta ocupación normalmente pasaba de generación en generación y con el transcurrir de los años esta cadena se ha roto.

Otros afirman que con el aumento de las zonas francas y el desarrollo de las importaciones cada vez son menos comunes los buenos zapateros.

No obstante, tras un recorrido por el Gran Santo Domingo, elCaribe constató que no todo está perdido, porque aún quedan unos pocos que continúan dedicando su vida al arte de reparar zapatos.

No todo está perdido

Tal es el caso de Rafael Jiménez, mejor conocido en la urbanización Fernández como “Ñañañá”, quien por casi 50 años se ha dedicado a la zapatería

Rafael tiene dos hijas y un hijo que hoy en día son profesionales de la medicina gracias a este oficio.
La Zapatería Ñañañá es un pequeño quiosco que por más de 43 años ha sido referencia en la calle Heriberto Núñez en la Urbanización Fernández, en este punto de servicios personas de diferentes partes del Distrito llevan a reparar sus calzados.

“Ya no aparecen buenos zapateros porque la juventud no quiere aplicar y aprender esta profesión”, afirmó Jiménez.

Este reparador de calzados y amante de la política declaró a elCaribe que como zapatero sabe ganarse 30 mil pesos al mes. Añade que a su zapatería vienen personas de todas partes, debido a que utiliza las Apps de mensajería como Uber, para que sus clientes le envíen los zapatos dañados y él los devuelva reparados.

Al hablar de los precios de las reparaciones que realiza expuso que el trabajo más costoso que efectúa es la montura del zapato, por la cual sabe cobrar hasta RD$2,000 pesos, así mismo dijo que entre sus precios el más barato es el pegar el calzado con cemento, por el cual sabe cobrar solo 100 pesos o el poner una tapita a un calzado de dama que cuenta alrededor de RD$150.

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