Canistel, una fruta de exótico sabor

¿Han probado la fruta del canistel? También le llaman zapote amarillo y zapotillo.
No lo encontrarán en los catálogos didácticos ni en los artículos científicos que registran las especies frutales comunes de República Dominicana.
Pero ya se le comienza a ver, cultivado en patios y fincas.
La Pouteria campechiana, su nombre científico, es originario de México.
Distribuido por toda Mesoamérica e introducido en el Caribe, es de la familia de las sapotáceas, la misma del zapote, el níspero y el caimito.
En la finca de la agricultora Rita Montás Domínguez, en Najayo Arriba (San Cristóbal), crecen altos y fuertes varios ejemplares. Con hojas durante todo el año, no amerita de muchos cuidados, dice doña Rita a Listín Diario.
Pese a que no es una especie en peligro de extinción, como todavía se ven pocos árboles por estos lados se le considera una fruta exótica.
Y así mismo es su sabor, exótico. Tan exótico que cuesta compararlo con otras frutas conocidas. De manera muy subjetiva, es una mezcla entre zapote, mango, níspero y melocotón. Por su color y sabor al huevo hervido, también le han llamado “fruta de huevo”.
Experta en el cultivo de frutales, doña Rita recomienda comerlo fresco si está bien maduro, así se vea feo. Lo pueden preparar como jugo y batida o hacer con él helados, puré, mermeladas y conservas, explica doña Rita.
De acuerdo con el Instituto Canario de Investigaciones Agrarias (ICIA), el canistel es rico en potasio y en vitaminas A, B3 y C. Y según el mismo ICIA, la pulpa se puede conservar congelada hasta 6 meses, “manteniendo bien las características organolépticas”.
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